La región oriental de Rusia padece un incendio forestal gigantesco. Aunque el fuego no ha alcanzado zonas pobladas, el denso humo afecta a unas 800 comunidades.
Un incendio forestal enorme capaz de verse desde el espacio arrasa con tres millones de hectáreas en Siberia, la región oriental de Rusia. Pese a los esfuerzos de las autoridades por controlar la situación, todavía no se pudo apagar el fuego.
Muchos de los incendios se declararon en junio, pero los gobernadores locales no hicieron nada porque creyeron que el gasto de las tareas de extinción sería superior al daño que pueden producir en áreas remotas y despobladas. Sin embargo, ahora se empezó a comprender la magnitud del desastre y se sabe que, si no se apagan las llamas, habrá consecuencias tal vez irreversibles para el ecosistema, incluyendo la intensificación del deshielo en el Ártico.
Además, si bien el fuego no ha alcanzado zonas pobladas, el humo afecta a unas 800 comunidades y sus partículas son un peligro para la salud de la población. Se esperan lluvias en algunas zonas afectadas, aunque se estima que no serán suficientes para detener la expansión del incendio.