El abogado, especialista en Trabajo y en políticas públicas de empleo, Juan Pablo Chiesa. desarrolla el trabajo del futuro de la mano de la transformación digital y las nuevas tecnologías.
La transformación digital nos hace pensar y nos empujar a repensar la forma de trabajar y de producir. Como queremos que sean las leyes laborales, que tipo de empleo queremos, estamos en la era de la “Cantidad” o de la “Calidad”.
La incorporación de nuevas tecnológica y la modernización del trabajo no reduce el empleo. Todo lo contrario. Las nuevas tecnologías generan oportunidades ilimitadas en el conglomerado de tareas que se llevan a cabo o se desarrollan y reducen las fricciones innecesarias que el viejo derecho el trabajo trae aparejada, así se generan, dentro de las economías colaborativas o economías de plataformas digitales, un mercado del trabajo más abierto, moderno, competitivo y sin límites de producción e invención.
El Capital humano, lo podemos desarrollar, no conceptualizar como la suma de la Inversión en Conocimiento (Educación) + Consecuencias del conocimiento aplicado (Experiencia), cuyo resultado inmediato es: Crecimiento del empleo, mejores salarios y altos niveles calidad de vida de una sociedad.
Alcanzar este objetivo requiere un mercado laboral sólido, flexible e inclusivo, donde se genera mas empleo genuino y de mayor calidad.
Un mercado laboral solido refiere a leyes laborales modernas, eficaces, equilibradas y que nivelen la relación empleadora trabajador terminando con el conflicto y los oscuros de leyes laborales vetustas y anti productivas.
Un modelo laboral inclusivo, se refiere a tener en mira al Trabajo como única política de inclusión social donde termine con la división de clases y coloque al trabajo por encima de toda política de Estado.
Esto, inevitablemente, generar importantes impactos distributivos e incremento de los niveles de desigualdad. En países desarrollados, donde se subieron a la ola del trabajo del futuro, ya ocurre. La participación de los empleos de ingreso medio, con un crecimiento simultaneo de la participación de empleos de alta y baja calificación.
Esta sinergia absorbe un grado de competitividad de los dependientes que se desplazan, mediante su propia inversión en su capital humano, a segmentos medios a altos, dejando el vacío de los segmentos bajos a medios.
Nuestro país se merece un debate serio, profesional y dinámico sobre nuestras leyes laborales, que, no son muchas, pero son vetustas y denotan que perjudican a las dos partes fundamentales de cualquier proceso de producción. El “dependiente y el empleador”. Únicos beneficiarios del futuro del trabajo.
Los desafíos del trabajo en Argentina abarcan a empresas, trabajadores y sindicatos. La transformación digital desafía el modelo laboral y el modelo de representatividad sindical. Su desafío es reconvertir un sistema arcaico promoviendo soluciones equitativas y decentes al futuro del trabajo, convirtiéndose en un pilar de la producción y de las nuevas relaciones laborales en beneficio del TRABAJO.
Abogado Especialista en Derecho del Trabajo. Presidente de APRE