El mandatario comunicó su decisión en medio de una profunda crisis política y social, y además denunció un golpe de Estado.
Después de más de 13 años en el poder, el presidente Evo Morales renunció a la presidencia de Bolivia en medio de una profunda crisis política y social en ese país y además denunció un golpe de Estado. Lo comunicó luego de que las Fuerzas Armadas y la Policía le reclamaran públicamente su dimisión.
La crisis se desató después de las denuncias por graves irregularidades en las elecciones del 20 de octubre en las que Morales se había adjudicado ganador (iba a ser su cuarto mandato consecutivo).
“Renuncio a mi cargo de presidente para que (Carlos) Mesa y (Luis Fernando) Camacho no sigan persiguiendo a dirigentes sociales”, declaró Morales, refiriéndose a los líderes de la oposición que convocaron a protestar en su contra tras las elecciones.
Asimismo, su vicepresidente, Álvaro García Linera, dijo: “No queremos que estos grupos violentos quieran ensangrentar más al pueblo. Han desconocido estos grupos el orden constitucional. El golpe de Estado se ha consumado. Fuerzas oscuras han destruido la democracia”.