Balance del cine del 2022: un año de éxitos, fracasos, sorpresas y decepciones

(TELAM) Una temporada agridulce para el cine aquí y en el resto del mundo. Así podría sintetizarse el repaso de un 2022 que en pocos días más dirá adiós.

Antes de sumergirnos en el análisis de las principales tendencias y de las mejores películas, conviene consignar algunas cifras que permiten entender cuál es el estado de las cosas. Las salas argentinas cerrarán el año con casi 34 millones de espectadores, lo que significa una imponente recuperación respecto de los poco más de 13 millones de personas que habían ido en 2021, pero todavía muy lejos de los 47 millones de tickets vendidos en 2019 (prepandemia).

A nivel global pasó algo parecido. El año terminará en el orden de los 25.800 millones de dólares de recaudación; es decir, una mejora del 21% respecto de los 21.300 millones de 2021, pero se prevé que recién en 2024 se recuperen los niveles de concurrencia previos a la explosión del COVID. China, el mercado más grande del mundo, continúa con serios problemas para contener los contagios y sigue en muchos casos con los cines cerrados, generando un rojo en la taquilla internacional que no estaba en los cálculos.

Este fue el año del regreso de Batman, de Spiderman, de Thor, de Doctor Strange, del universo de “Toy Story”, del de “Mi villano favorito” / “Minions”, del de “Jurassic Park” / “Jurassic World”, del de “Avatar” y, sin embargo, el público no acompañó todo lo que se esperaba.

Que la inflación y la recesión, que la guerra en Ucrania, que el Mundial… Lo cierto es que los números estuvieron por debajo de las previsiones y, en verdad, el único fenómeno realmente extraordinario lo consiguió Tom Cruise con “Top Gun: Maverick”, que fue lo más visto del año en todo el mundo con ingresos por 1.500 millones de dólares. Cruise, también productor, se negó a un estreno casi simultáneo en streaming (como hoy es costumbre) y el film demoró más de 6 meses en llegar a los dispositivos hogareños. Así, se convirtió en héroe no solo en pantalla sino también para los exhibidores (dueños de los cines), que sintieron que alguien los respetó y mantuvo la dinámica tradicional de un negocio que ha cambiado de manera dramática en los últimos años.