La vida de los italianos no será la misma en tiempos del coronavirus y el país europeo se agarra a la lenta mejoría de la curva de contagios para repensar cómo pueden 60 millones de habitantes convivir con el enemigo invisible.
La llegada de la llamada «fase 2», en la que se levantarán progresivamente, las restricciones a la economía no esencial y el confinamiento total, ocupa y preocupa al Gobierno italiano. El primer ministro Giuseppe Conte, asesorado por un comité científico que le guía para salir de este túnel, ya ha anunciado que pondrá «siempre» por delante la salud de los ciudadanos.
«Cero contagios» en junio
Los modelos que maneja el Ejecutivo vaticinan que Italia camina, paso a paso, en la buena dirección. La Fundación Gimbe -organismo independiente de investigación médica- pronostica que el 2 de junio es la fecha más propicia para levantar la mayor parte de las medidas de restricción. Para entonces, la proporción de aumento de contagios estaría en el 0,1%, el umbral en el que se basó la provincia china de Hubei para acceder a su libertad condicional.
El director de la Fundación Gimbe, Nino Cartabellotta pronostica que a partir del 16 de abril el aumento de los casos caerá al 2% y descenderá hasta el 1% el 27 de abril y al 0,5% el 7 de mayo.
En resumen, esta proyección confirma que aunque la curva de contagio se ha ralentizado, el aumento de nuevos casos sigue siendo significativo. Gimbe sugiere que la flexibilización de las medidas deberá ser gradual y diferenciada por tipo de actividad económica.