Crisis en Haití: Un Llamado Urgente a la Acción Internacional: La situación en Haití ha alcanzado un punto crítico, según el último informe de la ONU.
Las pandillas armadas, cada vez más organizadas y violentas, controlan amplias zonas de Puerto Príncipe y su periferia, sometiendo a la población a una ola de terror sin precedentes. Los datos son alarmantes: entre julio de 2024 y febrero de 2025, se registraron 4.239 asesinatos y 1.356 heridos, cifras que reflejan el colapso del Estado de derecho.
Claves del Conflicto
- Expansión de las pandillas:
- Grupos criminales han tomado infraestructuras vitales (puertos, carreteras) y coordinan ataques masivos, superando en número y armamento a las fuerzas de seguridad.
- Ejercen control mediante ejecuciones públicas, torturas y extorsiones, creando un clima de miedo generalizado.
- Fracaso institucional:
- La débil policía haitiana carece de recursos para enfrentar a las pandillas, cuyo poder creció tras la crisis política que derrocó al primer ministro Ariel Henry en 2023.
- El vacío de autoridad permite el tráfico ilegal de armas, principalmente desde Estados Unidos, que alimenta la violencia.
- Respuesta internacional insuficiente:
- La fuerza multinacional liderada por Kenia, autorizada por la ONU en 2024, opera con limitaciones logísticas y de personal.
- William O’Neill, experto de la ONU, urge reforzar este contingente con helicópteros, vehículos blindados y equipos de comunicación, además de cortar el flujo de armas hacia la isla.
Desafíos y Soluciones
- Apoyo militar inmediato:
La comunidad internacional debe priorizar el envío de recursos técnicos y financieros para fortalecer la misión keniana. Esto incluye inteligencia antimafias y bloqueo de rutas de tráfico de armas. - Ayuda humanitaria:
Miles de haitianos enfrentan hambre, desplazamiento forzado y falta de acceso a servicios básicos. Organizaciones como la Cruz Roja y ACNUR requieren fondos urgentes para atender a víctimas. - Reconstrucción institucional:
A largo plazo, es vital restaurar la gobernabilidad mediante elecciones libres, combate a la corrupción y programas de desarrollo económico que reduzcan la marginalidad, caldo de cultivo para el reclutamiento de pandillas.
El Rol de las Potencias
Estados Unidos, Francia y Canadá, con influencia histórica en Haití, deben liderar un esfuerzo coordinado. Esto implica no solo apoyo militar, sino también condonación de deuda externa y inversión en infraestructura. La inacción solo profundizará la crisis, con riesgos de un éxodo masivo y la consolidación de Haití como un narcoestado.
En conclusión, Haití no puede esperar. La comunidad internacional debe actuar ahora con determinación, antes de que el país caiga en una anarquía irreversible.